martes, 11 de enero de 2011

Necesidades de formación en televisión: comunicación activa

Diversos estudios han demostrado que la televisión tiene mayor influencia y efectos socializadores en las capas sociales y culturales más débiles. Los niños, pues, son una de las presas más fáciles y moldeables por el medio, y la falta de educación incrementa el riesgo de manipulación, ya que la educación proporciona pautas para un consumo racional y crítico.
Educar para la reflexión crítica supone ayudar a tomar distancias respecto a los propios sentimientos, comprender el sentido explícito e implícito de las informaciones y de las historias y sobre todo, ser capaces de establecer relaciones coherentes y críticas entre lo que aparece en la pantalla y la realidad del mundo fuera de ella. Para esto es necesaria una metodología de aprendizaje, que varía en función de los contenidos televisivos, pero que siempre debe intentar que los alumnos no realicen aproximaciones exclusivamente racionales y analíticas, desposeyendo al medio de su magia, de su capacidad de impacto, negando o marginando las sensaciones y emociones que suscita.
Una aproximación crítica a la televisión debería hacerse siempre desde la interacción entre emisor y receptor y el contexto social de ambos. Todo programa provoca sensaciones y emociones y es en la toma de conciencia de la reacción frente a estos sentimientos como debe realizarse la aproximación al medio. Tal como propone J. Ferrés, (1994) “se trata de lograr la comprensión, no el simple análisis; y la comprensión es un acto afectivo-intelectual”.
La televisión se convierte en una experiencia enriquecedora cuando después de su función de válvula de escape o entretenimiento, se añade la gratificación proveniente de la conciencia reflexiva y crítica. En este sentido Ferrés afirma que tanto profesores como padres deberían jugar un papel importante en la educación crítica sobre el medio. Deberían centrar los esfuerzos en enriquecer la experiencia pero sin negarla, facilitar una lectura reflexiva y crítica pero sin eliminar el placer sensorial y emocional. 
Ver la televisión no es una experiencia pasiva
Ver la televisión comporta pasividad física, pero no es una experiencia pasiva en la que el receptor es sujeto de pasividad y manipulación, como se decía desde los círculos progresistas. El sujeto interviene de forma activa en la percepción a través de la selección y la interpretación de los contenidos, y puede, incluso, distorsionar la realidad percibida para adaptarla a las propias expectativas. Es lo que Ferrés denomina comunicación activa.

La experiencia televisiva es enriquecedora para la persona si se consume desde su bidireccionalidad, aprovechando sus potencialidades y obviando sus limitaciones. Así cualquier información podrá ser contextualizada, podrá superarse el riesgo de trivialización de la realidad y podrá hacerse un análisis en profundidad. El espectador  puede dar sentido a lo que  en una primera fase era sólo sensitivo. La hiperestimulación desembocará en la reflexión. Las respuestas afectivas serán confrontadas con las racionales y viceversa. El sentido de inmediatez proporcionado por las imágenes será compensado por el sentido de la reflexión propiciado por el diálogo. Se establece una dialéctica entre imagen y realidad. Se convierten en conscientes estímulos que eran inconscientes. La comunicación activa permitirá evitar la manipulación, que es una influencia inadvertida. Mediante comunicación activa se activarán mecanismos de defensa frente a estímulos agresivos desde el punto de vista ideológico, ético y estético. Las imágenes se convertirán en un medio de sensibilización y de implicación.
Y todo ello sin privarse del placer del espectáculo. Incrementándolo mediante adición de un nuevo placer: el del conocimiento. Se trata de experimentar que espectáculo y reflexión no son realidades incompatibles sino complementarias.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Ferrés, J. (1994): Televisión y educación. (Barcelona, ed. Paidós). Cap. 7 pg. 105 a 120: Criterios para educar en el medio

viernes, 7 de enero de 2011

Crear hoy las escuelas de mañana

Richard Gerver
Eduard Punset entrevistó al educador Richard Gerver para su programa Redes. Gerver es uno de los líderes educativos actuales más inspiradores, el referente internacional más prestigioso en cuanto la reforma educativa.
Para Gerver uno de los principales problemas actuales del sistema educativo está en el propio profesorado, que sigue las mismas dinámicas de hace 200 años. Pero los chicos de hoy necesitan otra forma de aprendizaje, que no les aburra y que les aporte los conocimientos necesarios para afrontar los retos de la vida. Deben adquirir nuevas competencias como la capacidad de liderazgo, la nueva cultura, el conocimiento de la democracia o los conocimientos sobre gestión emocional.
En el nuevo modelo educativo hay que formar a los profesores en las estrategias para enseñar a los chicos estas nuevas competencias. Los chicos tienen que aprender a descubrir y gestionar sus propias emociones y las relaciones con los demás; deben desarrollar habilidades para el nuevo entorno tecnológico; hay que potenciar el pensamiento crítico, la creatividad, la transmisión del conocimiento... todo esto les sirve para afrontar los retos que la vida les plantee.
Los educadores de hoy deben tener el valor para implementar las novedades de la sociedad, para que la educación sea un vehículo de capacitación y no de opresión. Y para esto, el uso de internet, de las redes sociales, de los medios, se contrapone al viejo modelo de enseñanza donde los alumnos se sentían presionados por resultados académicos o por intereses políticos.
El mayor reto de la educación es asumir la necesidad de este cambio e implementarlo en la sociedad. Las condiciones y entorno donde crecen los chicos han cambiado y es que los niños son consumidores sofisticados, aprenden unos de otros y a través de internet. Los medios facilitan el aprendizaje y el pensamiento creativo. Por eso las aulas inteligentes no separan el conocimiento por asignaturas, permiten aprender de forma crítica e interrelacionada, como en el mundo real. Por eso es fundamental la necesidad del aprendizaje social y emocional, potenciando las capacidades de los chicos como personas activas en la sociedad.

Redes, 19 de diciembre de 2010 - “Crear hoy las escuelas de mañana”.

La educación para el uso audiovisual y televisivo

Los medios de comunicación son portadores de nuevos lenguajes, con soporte audiovisual y discursos específicos que hay que saber interpretar para comprender sus mensajes y disfrutar y aprender con y de ellos. Aguaded (2000) concreta las instituciones que deben responsabilizarse de la educación para los medios y en especial de la educación para un correcto visionado de la televisión. Estas son la familia, los medios, la administración y colectivos ciudadanos… pero es especialmente la escuela quien, en el contexto de la sociedad actual, y a través de programas de alfabetización audiovisual, debería tener un papel fundamental en la educación para el consumo televisivo activo e inteligente.
Hay una necesidad de conocer la televisión, interpretarla, desmitificarla, producirla y desenmascararla, para favorecer unos telespectadores más críticos y activo, porque de esta manera, y en palabras de J.I. Aguaded, “educar a ver la televisión desde la escuela es una estrategia que puede favorecer la información crítica necesaria para que la televisión se convierta realmente en un poderoso medio de transformación social y de servicio a los ciudadanos”. La pedagogía de la imagen debe servir para que el receptor pase a ser (J.I. Aguaded):
  • Una persona alfabetizada en la imagen y, por tanto, crítica frente a los medios y a frente a su propia realidad
  • Un receptor participativo y capaz de dar respuesta a los mensajes que recibe masivamente
  • Un creador-emisor de sus propios mensajes audiovisuales, lo que le va a permitir comunicarse con otras personas y conocer con mayor profundidad su propio entorno
En esta línea, para Martins (1995) las razones para utilizar la televisión en la escuela, serían:
  • Estimular el interés y la atención de los alumnos
  • Facilitar el acceso a los niños a mundos desconocidos y difícilmente accesibles sin la pequeña pantalla, (fenómenos de la naturaleza, trasmisiones en directo…)
  • Facilitar el proceso de comunicación en el aula, ya que la televisión es un importante centro de interés para los niños, al tiempo que un motor dinamizador de la enseñanza para conectar el mundo de la escuela con su universo cotidiano

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Varios autores, (2000): Comunicación y educación en la sociedad de la información. Nuevos lenguajes y conciencia crítica (Barcelona, ed. Paidós). Cap. 8, Pág. 210 a 233 (Autor: José Ignacio Aguaded)

Estrategias para la educación en comunicación

Tras el estudio que Len Masterman (1996) hace de los distintos modelos de educación audiovisual, González Yuste (2000) define dos estrategias para la educación en comunicación, el objetivo de las cuales es desmitificar y distanciar los medios para comprenderlos mendiante su manejo, y utilizarlos habiéndolos entendido.
 De esta manera, la incorporación de los medios al aula puede llevarse a cabo:
  • Como área de conocimiento específico: se asegura el tratamiento de la materia, sobretodo en su vertiente creativa. La educación audiovisual quedaría encasillada en los programas educativos, pero es vital y necesario este tipo de aprendizaje, ya que hay que considerarla una materia especializada por sí misma. (Masterman, 1993)

Las estrategias para la educación en comunicación sirven para comprender
los medios mediante su manejo, y utilizarlos habiéndolos entendido.

  • Como materia transversal a todas las áreas de la enseñanza: es un elemento que debería conformar la enseñanza de todas las asignaturas; es necesario que no se limite al ámbito de los profesores de medios y sus clases. Esta materia contiene en si todos los rasgos definitorios de los temas transversales, permitiendo acercar la escuela a realidades sociales altamente significativas, favoreciendo la adquisición de valores, normas y estrategias de actuación personal y social que trasciende, al tiempo que las incluye y sobrepone, a las clásicas disciplinas, englobando todos los niveles del sistema escolar. (Aguaded, 1997)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
  • Varios autores, (2000): Comunicación y educación en la sociedad de la información. Nuevos lenguajes y conciencia crítica (Barcelona, ed. Paidós). Cap. 7, Pág. 171 a 219 (Autor: José Luis González Yuste)

La enseñanza audiovisual

Len Masterman (1996) define tres modelos en la educación audiovisual*:

Modelo proteccionista
Consiste en proteger al alumno del mal gusto, haciendo una distinción entre la cultura popular y la alta cultura. La enseñanza de los medios era contra los medios, poniendo en evidencia su carácter manipulador y su mal gusto frente a los valores eternos de la gran literatura, pintura o música.
Modelo evaluador
( años 60)
Se dota al alumno de criterios para que pueda discernir una “buena” película de otra “mala”. Se trataba de conseguir que el alumno tuviese la capacidad de escoger, entre todos los elementos de la cultura popular, aquellos productos que procurasen un goce estético o intelectual.
Modelo representacional  
( años 80)
Se incide en la idea según la cual los medios audiovisuales no operan como espejos de la realidad sino como medios de producción o construcción de dicha realidad. En este contexto, el concepto clave de la enseñanza audiovisual es el de representación.

*J.L. Fecé, en Comunicación y educación en la sociedad de la información (Barcelona, Paidos). Cap. 6: Lectura crítica de los medios audiovisuales

Otros autores, como Roberto Aparici (1996) destaca tres ideas sobre la forma de educar para los medios, fundamentadas en las diversas actitudes ante los medios*:

Concepción tecnicista
El profesor es un tecnólogo. Su única preocupación es saber cómo utilizar los medios en el aula, aunque sin reflexionar sobre ellos. Es la concepción de muchos periodistas y de muchos especialistas en nuevas tecnologías, que privilegian la enseñanza del manejo sobre la del uso reflexivo.
Concepción de los efectos
Por el simple hecho de introducir los medios en el aula, el alumno ya se beneficiará, es decir, se da por supuesto que por el sólo hecho de introducir el vídeo en el aula se va a producir un aprendizaje. Es cierto que se introduce un nuevo aparato en el aula, pero todo sigue igual.
Concepción crítica
Los medios audiovisuales forman parte de los  textos que se utilizan en las clases. Se pretende que los alumnos puedan hacer y deshacer mensajes, que entiendan el proceso de producción de los textos audiovisuales desde varias perspectivas: social, económica, política o estética.

*J.L. Fecé, en Comunicación y educación en la sociedad de la información (Barcelona, Paidos). Cap. 6: Lectura crítica de los medios audiovisuales y
*J.L González Yuste, en Comunicación y educación en la sociedad de la información (Barcelona, Paidos). Cap. 7: Variables de la educación en comunicación

J.L. Fecé y González Yuste analizan estas opiniones y cómo las actitudes protectoras y evaluadoras son compatibles con los modelos tecnicista y el centrado en los efectos, ya que están fundamentados en cuestiones técnicas y funcionales, es decir, en el estudio del medio en sí mismo sin tener en cuenta los contenidos que vehiculizan, y sin analizar el mensaje o las formas de representación utilizadas. En definitiva, se admite la utilización educativa de los medios como recurso, pero sin reflexión sobre los mismos. Por otro lado, se atiende al beneficio que los medios aportan al proceso de enseñanza-aprendizaje. Su presencia tiene un valor motivador para el alumno y su aprendizaje. Pero en el peor de los usos se utiliza como un instrumento de distracción. Los medios resuelven carencias del sistema tradicional, pero a menudo se olvida que la clave se encuentra más en el tratamiento pedagógico y didáctico que en la simple introducción del medio en las aulas.
La enseñanza de los medios audiovisuales
debería centrarse en el concepto de representación
Así pues, la concepción crítica de la enseñanza de los medios audiovisuales debería centrarse en el concepto de representación definido por Len Masterman, ya que los medios no actúan como espejos de la realidad o ventanas abiertas al mundo, sino que producen construcciones de la realidad. Por este motivo, la lectura crítica de los medios audiovisuales no se puede pensar sin una práctica creativa: leer desde diferentes perspectivas, ver y pensar más allá de los presupuestos racionales que gobiernan la existencia cotidiana. Fecé afirma que la “lectura crítica debería hacer consciente la relación entre experiencia y pensamiento, no dar por supuesto que las cosas son como son”. Es por eso que el objetivo debería ser alterar la experiencia de lo conocido para incrementar las posibilidades de acción humana y operar así también en una dimensión política.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Varios autores, (2000): Comunicación y educación en la sociedad de la información. Nuevos lenguajes y conciencia crítica (Barcelona, ed. Paidós). Cap. 6, Pág. 135 a 168 (Autor: José Luis Fecé) y Cap. 7, Pág. 171 a 219 (Autor: José Luis González Yuste)