domingo, 12 de diciembre de 2010

Educación para el uso de la televisión

La educación en televisión se fundamenta en la práctica y en el conocimiento del medio y sus variedades. Es una educación multidisciplinar que engloba educación intelectual, operativa, imaginativa y proyectiva. Para comprender la televisión educativa, antes debemos desechar el concepto y prejuicios tan arraigados que tenemos de la tele.
La televisión debe ser considerada como un instrumento al servicio de los individuos y las colectividades, dejando de lado la errónea concepción que a menudo tenemos de la televisión, como un ente que nos viene impuesto, manipulador y transformador. Hay que darle la vuelta a esta idea haciendo una lectura crítica del medio (comprensión intelectual y consumo crítico del medio) que a la vez nos facilita abrir un camino libre para el pensamiento. La televisión también debe usarse de forma libre y creativa. 
Entendemos como lectura crítica de la televisión la que no acepta el mensaje tal cual se nos ofrece: tranparente y plano. La lectura crítica se cuestiona la influencia del mensaje en la mediación, es decir, cómo el punto de vista del emisor nos quiere influir. Una lectura crítica debe servir para descubrir la finalidad pragmática del programa; reconocer los niveles temáticos y narrativos del programa en cuestión; captar el nivel formal; percibir las relaciones contextuales y co-textuales; concebir proposiciones alternativas; facilitar la ironización y recreación del programa en cuestión...
La lectura analítica requiere mayor especialización y aprendizaje y sirve para explorar en todas sus dimensiones el programa en cuestión. Desde una lectura global de cómo cualquier espectador percibirá el programa, a la localización de cada uno de los elementos que lo componen, su desciframiento, valoración y comprensión. La lectura analítica debería ser aprendida y practicada ya que es una garantía de criticismo ante la televisión.

Pérez Tornero en “El desafío educativo de la televisión” (Ed. Paidós - pg. 138) explica que “una educación ante la televisión obliga a formar en la libertad en el uso del medio”, es decir, el consumo del medio debe ir motivado por la libertad que provoca la comprensión inteligente, la libertad asociada a la posibilidad de recreación de sentidos y de reinterpretación de los mensajes, libertad para usar las potencialidades del medio en función de nuestros proyectos e intereses.
La televisión de pago y el desarrollo del cable están permitiendo una gran transformación de la práctica televisiva y la forma de comprenderla. Supone otro aprendizaje de la televisión, una nueva forma de educar en la televisión. Por su novedad y su reciente penetración en el mercado existe aun poca bibliografía al respeto.
El lenguaje debe poder ser criticado, de forma crítica y analítica, debe permitir el juego, la recreación y análisis de diálogos, introducir comparativas, estimular la confrontación de datos, estudiar el uso del lenguaje para cada momento, programa y audiencia.
El discurso en televisión crea redes y falsea situaciones ante el espectador. La educación para la televisión debe poner en relación las dos relaciones enunciativas del discurso: las de hecho y las de derecho. También tiene que equilibrar el efecto de la familiaridad y de la saturación
Proponer este tipo de aproximación ante la televisión como un ejercicio de libertad intelectual es avanzar hacia el uso inteligente de la televisión y garantizar la emergencia de telespectadores cada vez más activos y concienciados con la necesidad de transformación, en sentido positivo, de la televisión.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Cap. 6. Pg. 134 a 162

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