lunes, 20 de diciembre de 2010

Transformaciones educativas: Instruccionismo vs Construccionismo

La idea central de la teoría de S. Papert se basa en que el principal obstáculo para el progreso en la educación es una tendencia mayoritaria a sobrevalorar el razonamiento abstracto. Para resolverlo deberíamos hacer una revisión epistemológica hacia modos más concretos de conocer: la inversión de la idea tradicional de que el progreso intelectual consiste en pasar de lo concreto a lo abstracto. Esta inversión es tan necesaria en el contenido de lo que se aprende como en el discurso de los educadores. De esta manera el  instruccionismo es entendido por Papert (1993) como la “expresión de la creencia de que el camino hacia un aprendizaje mejor pasa por el perfeccionismo de la instrucción”.
La sobrevaloración de lo abstracto impide un progreso en la educación desde dos aspectos que se refuerzan mutuamente: la teoría y la práctica. En la práctica educativa el énfasis en el conocimiento abstracto y formal es un impedimento directo para el aprendizaje y, dado que algunos niños, por motivos relacionados con la personalidad, la cultura, el género y la política, se ven más perjudicados que otros, es también una fuente de discriminación, si no de opresión. Por otra parte, la sobrevaloración del pensamiento abstracto hace que el debate sobre cuestiones educativas esté viciado. El motivo es que los educadores que abogan por la imposición de los métodos del pensamiento abstracto casi siempre practican aquello que tanto pregonan, pero con efectos muy dispares. Papert considera que “la base del pensamiento abstracto es aislar un factor esencial de los detalles de una realidad concreta”, de tal manera que se hace necesaria una metodología que permita aproximarnos a las situaciones concretas.
El construccionismo, en cambio, pertenece a la familia de filosofías educativas que niegan esa “verdad”. No cuestionan el valor de la instrucción como tal. Incluso la afirmación de que todo acto de enseñar constituye un atentado contra la capacidad del niño por descubrir no es un imperativo categórico en contra de la enseñanza, sino una advertencia, expresada en forma de paradoja, de que es preciso mantenerlo a raya.

S. Papert observa que la educación tradicional codifica lo que se cree que los ciudadanos necesitan saber. El construccionismo se basa en el supuesto de que será mejor para los niños encontrar por sí mismos los conocimientos específicos que necesitan; la educación, sea organizada o informal, les ayudará más si se saben respaldados moral, psicológica, material e intelectualmente en sus esfuerzos. El tipo de conocimientos que más necesitan los niños es el que les permitirá alcanzar nuevos conocimientos. Por eso requieren buenas herramientas (ordenadores) y necesitan saber cómo usarlas (actividades guiadas) y donde usarlas (“micromundos” que les resulten interesantes). Por otro lado, dado que uno de los motivos por los cuales la enseñanza es “mala” es que nadie quiere dar clase a niños que atienden de mala gana. La vía construccionista haría mejor, y, a la vez, menos necesaria este tipo de enseñanza.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Papert, S. (1995): La máquina de los niños. Replantearse la educación en la era de los ordenadores. (Barcelona, ed. Paidós). Cap. 7 pg. 151 a 169

Aprendizaje natural e informal

Algunos experimentos (Papert, S., 1993), demuestran que los niños poseen una visión que es totalmente contraria a algo que para un adulto es obvio, es decir: los niños no comparten nuestra “verdad”. De esta afirmación podemos deducir que los niños no ignoran la cuestión que se les plantea, sino que para ellos existe “otra respuesta” diferente. Si los niños interpretan la pregunta como la interpretamos nosotros, entonces deberían responder lo mismo que nosotros.
De acuerdo con esta visión, las implicaciones educativas del modelo de Piaget se invierten. La estrategia propuesta por Papert consistiría en reforzar y perpetuar este proceso concreto típico de los niños, esta forma de entender su realidad. En vez de hacer que los niños piensen como adultos, sería conveniente recordar que pueden aprenden mucho y muy deprisa, por eso deberíamos nosotros intentar pensar más como ellos.
Otra dificultad del método didáctico tradicional, es la que involucra las relaciones entre el conocimiento y los medios de comunicación. La epistemología tradicional se basa en la proposición y, por tanto, está íntimamente ligada al lenguaje, al texto escrito, impreso. El pensamiento concreto siempre ha existido, pero se lo ha marginado en el contexto escolar por causa de esa posición privilegiada del texto. A medida que entramos en la era de los ordenadores y las nuevas tecnologías, surgen nuevos y más dinámicos medios de aprendizaje, que de alguna manera están forzando el cambio, pero de forma lenta y aun poco adecuada.

Es evidente que el ordenador, en cualquiera de sus muchas manifestaciones, ofrece a los usuarios nuevas oportunidades para elaborar alternativas reales de aprendizaje. Si los niños realmente quieren aprender algo, y tienen la oportunidad de aprenderlo mientras lo usan, lo aprenden aun cuando la metodología didáctica no es adecuada, o incluso es nula. Por ejemplo, muchos aprenden a jugar con videojuegos muy complicados sin que nadie les enseñe. Este aprendizaje informal es la muestra de un modo natural de aprender que es contrario a los métodos escolares y que necesita un tipo distinto de apoyo. La “matemática de cocina”, por ejemplo, es una excelente demostración de la capacidad matética* de las personas, pero estas capacidades son muy limitadas. ¿Qué papel juegan aquí los educadores? ¿Pueden trabajar a favor o en contra de este proceso natural de aprendizaje? Parece lógica la conveniencia de promocionar y ampliar estas capacidades naturales.
Papert defiende que lo importante no es el fracaso de la escuela, sino el éxito de personas que han sido capaces de desarrollar sus propios métodos para resolver esos problemas, es decir, no lo que la escuela ha sido incapaz de transmitir, sino lo que los niños han podido construir/resolver por sí mismos.

* Seymour Papert, creador del lenguaje LOGO, usa la palabra matética para referirse al proceso de aprendizaje heurístico en el campo de las matemáticas (FUENTE: Wikipedia).


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Papert, S. (1995): La máquina de los niños. Replantearse la educación en la era de los ordenadores. (Barcelona, ed. Paidós).

Cultura mediática y dimensiones educativas: Tecnología para niños y aprendizaje informal

En el campo del aprendizaje, podemos considerar la acción combinada de dos tendencias. En primer lugar la tecnológica; la misma revolución tecnológica responsable de esa imperiosa necesidad de un aprendizaje mejor, también nos ofrece los medios para actuar de forma efectiva. Las tecnologías de la información, de la televisión a los ordenadores, y cualquier combinación de las mismas, nos abren un amplio abanico de oportunidades para tomar medidas en la mejora de la calidad del entorno de aprendizaje. La otra tendencia es la epistemológica, una revolución en la filosofía del conocimiento. S. Papert (1995) entiende que la “mayor contribución de las nuevas tecnologías a la mejora del aprendizaje se centra en la creación de medios personalizados capaces de dar cabida a una amplia gama de estilos intelectuales”, esto es, diferentes formas de aprender en función de las expectativas de cada individuo, pero sobretodo en función de las diferentes inquietudes de los niños.
Los niños usan los ordenadores para realizar diferentes actividades, no sólo para jugar. Escriben, dibujan, se comunican con similares, obtienen información... esta relación que crea el niño con su ordenador introduce un elemento de posesividad y de afirmación de la identidad intelectual. Muchos niños se sienten más cómodos con los ordenadores que con los padres y aprenden de un modo más ameno y divertido de lo que lo harían con el profesor de la escuela o haciendo deberes. No debe sorprender que a muchos jóvenes la escuela, tal y como todavía la conocemos, les parezca lenta, aburrida y realmente anticuada.
Para esta nueva visión del aprendizaje en los chavales, los videojuegos han asumido un papel muy importante. Los videojuegos son juguetes, juguetes electrónicos, pero juguetes. Son tecnología informática, pero aplicada a los utensilios de juego. Han sido la vía principal de entrada de los niños en el mundo de los ordenadores, y suponen, además, una forma de aprender mientras juegan. Estos juguetes obligan a los niños a evaluar ideas a fin de trabajar con un sistema de reglas y estructuras preestablecidas de una manera que muy pocos juguetes lo hacen, y de este modo han mostrado su capacidad para enseñar a los estudiantes, de un modo que los adultos deberían envidiar. De esta manera los videojuegos enseñan a los niños lo que los ordenadores empiezan a enseñar a los adultos: que algunas formas de aprendizaje son rápidas, muy atractivas y provechosas. Además esta nueva forma de aprender requiere cierta inversión de tiempo inicial, para obtener conocimientos preliminares, y exige la puesta en práctica de nuevas maneras de pensar, lo cual es muy positivo para el proceso global de aprendizaje.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Papert, S. (1995): La máquina de los niños. Replantearse la educación en la era de los ordenadores. (Barcelona, ed. Paidós)

domingo, 12 de diciembre de 2010

Educació i multimèdia

L’educació està immersa en una profunda transformació. Les noves eines tecnològiques s’han introduït a les aules i faciliten l’aprenentatge, el fan amè i divertit pels nens i nenes, al mateix temps que trenquen amb el sistema tradicional d’ensenyament. En aquest procés tenen especial importància les xarxes socials o els videojocs, com a eines per transmetre noves habilitats als mes joves, i preparar-los per a un futur on l’única cosa que no és incerta és l’abundància d’eines mediàtiques i tecnològiques de les que disposarem.
Marc Prensky
En el programa de Redes emès el dia  05/Des/10, “No me molestes mamá, estoy aprendiendo”, Eduard Punset entrevista a Marc Prensky, un expert en l’educació del futur que defensa la necessitat de reformar el sistema educatiu actual.


http://www.rtve.es/mediateca/videos/20101205/redes-20---no-molestes-mama-estoy-aprendiendo/953666.shtml


Redes 05 de desembre de 2010 - “No me molestes mamá, estoy aprendiendo”.

Educación para el uso de la televisión

La educación en televisión se fundamenta en la práctica y en el conocimiento del medio y sus variedades. Es una educación multidisciplinar que engloba educación intelectual, operativa, imaginativa y proyectiva. Para comprender la televisión educativa, antes debemos desechar el concepto y prejuicios tan arraigados que tenemos de la tele.
La televisión debe ser considerada como un instrumento al servicio de los individuos y las colectividades, dejando de lado la errónea concepción que a menudo tenemos de la televisión, como un ente que nos viene impuesto, manipulador y transformador. Hay que darle la vuelta a esta idea haciendo una lectura crítica del medio (comprensión intelectual y consumo crítico del medio) que a la vez nos facilita abrir un camino libre para el pensamiento. La televisión también debe usarse de forma libre y creativa. 
Entendemos como lectura crítica de la televisión la que no acepta el mensaje tal cual se nos ofrece: tranparente y plano. La lectura crítica se cuestiona la influencia del mensaje en la mediación, es decir, cómo el punto de vista del emisor nos quiere influir. Una lectura crítica debe servir para descubrir la finalidad pragmática del programa; reconocer los niveles temáticos y narrativos del programa en cuestión; captar el nivel formal; percibir las relaciones contextuales y co-textuales; concebir proposiciones alternativas; facilitar la ironización y recreación del programa en cuestión...
La lectura analítica requiere mayor especialización y aprendizaje y sirve para explorar en todas sus dimensiones el programa en cuestión. Desde una lectura global de cómo cualquier espectador percibirá el programa, a la localización de cada uno de los elementos que lo componen, su desciframiento, valoración y comprensión. La lectura analítica debería ser aprendida y practicada ya que es una garantía de criticismo ante la televisión.

Pérez Tornero en “El desafío educativo de la televisión” (Ed. Paidós - pg. 138) explica que “una educación ante la televisión obliga a formar en la libertad en el uso del medio”, es decir, el consumo del medio debe ir motivado por la libertad que provoca la comprensión inteligente, la libertad asociada a la posibilidad de recreación de sentidos y de reinterpretación de los mensajes, libertad para usar las potencialidades del medio en función de nuestros proyectos e intereses.
La televisión de pago y el desarrollo del cable están permitiendo una gran transformación de la práctica televisiva y la forma de comprenderla. Supone otro aprendizaje de la televisión, una nueva forma de educar en la televisión. Por su novedad y su reciente penetración en el mercado existe aun poca bibliografía al respeto.
El lenguaje debe poder ser criticado, de forma crítica y analítica, debe permitir el juego, la recreación y análisis de diálogos, introducir comparativas, estimular la confrontación de datos, estudiar el uso del lenguaje para cada momento, programa y audiencia.
El discurso en televisión crea redes y falsea situaciones ante el espectador. La educación para la televisión debe poner en relación las dos relaciones enunciativas del discurso: las de hecho y las de derecho. También tiene que equilibrar el efecto de la familiaridad y de la saturación
Proponer este tipo de aproximación ante la televisión como un ejercicio de libertad intelectual es avanzar hacia el uso inteligente de la televisión y garantizar la emergencia de telespectadores cada vez más activos y concienciados con la necesidad de transformación, en sentido positivo, de la televisión.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Cap. 6. Pg. 134 a 162

Funcionamiento de la televisión educativa. Proceso de creación

Los documentos esenciales para la creación de un programa en televisión educativa son:
PROYECTO: Nace de un pensamiento, una intuición, una voluntad. Recoge la idea original, (mental y esquemática) núcleo de la serie y la desarrolla. Debe incluir los temas a tratar, los objetivos propuestos, particularidades de la serie, formato y géneros que se usarán, justificación, etc. El proyecto de una serie educativa surge como respuesta a una posible demanda o necesidad de la población, de tal manera que los contenidos serán mayoritariamente de interés social.
Para que el proyecto se acabe convirtiendo en una serie educativa, hay que seguir una metodología, cumplir unas condiciones, y respetar unas normas. Podemos destacar:
·         Una serie de televisión tiene que disponer objetos y seres concretos
·         Un proyecto debe ser discreto y sus objetivos y sus medios deben estar en armonía
·         El proyecto debe contemplar la eficacia educativa de la producción
·         Un proyecto debería ser original
Así pues, algunos de los elementos que deben considerarse en la elaboración de un proyecto son la demanda de la que se parte; tema general; asunto concreto de cada capítulo; información sobre el público destinatario; medios necesarios; previsión del formato del programa; previsión de localizaciones; modo de producción...
GUÍA DE CONTENIDOS: Recoge los contenidos esenciales que tendrá la serie y los sitúa dentro de un plan de acción educativo. Sirve de nexo entre la producción con el uso didáctico que se espera hacer.  
GUIÓN: La parte literaria de este documento representa esquemáticamente las acciones y los diálogos del capítulo de la serie. En su vertiente técnica, esboza los movimientos de cámara, los encuadres y planos. 
PLAN DE PRODUCCIÓN: Abarca todos los detalles de la producción del programa y constituye la guía de todos los profesionales que participan en la realización del proyecto. 
PROGRAMA: Es el documento audiovisual terminado, la realidad de la serie.
GUÍA DIDÁCTICA: Recoge un resumen del programa o serie, sus objetivos, utilidades y el modo en que el programa o la serie deben ser visionados y usados. Se puede entender como un manual de uso, una orientación para la explotación del programa de televisión ya que ha sido concebida como una serie de informaciones y recomendaciones para el usuario (profesor o estudiante) del programa de televisión educativa.
Se fundamenta en dos partes: la informativa (informa sobre el programa: objetivos, público, modo de producción, autores... y sobre la materia tratada en el programa) y la orientativa (prescribe los contextos de uso adecuados del programa).
La guía didáctica puede recomendar usar el programa como ilustración; usar el video como elemento motivador; la televisión como exploración; la televisión como registro; la televisión como polémica.... Existen otros usos de la televisión educativa en el contexto de una clase. Una guía didáctica debe escoger entre los más evidentes y recomendárselos al futuro usuario.

De estos elementos mencionados tiene especial importancia la guía de contenidos, que no existe en los demás programas televisivos (es donde reside la estrategia didáctica y pedagógica de la serie y de los elementos de su entorno); y la guía didáctica que acompañará el programa.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
 Pérez Tornero, J.M. (La televisión educativa. Madrid, UNED). Cap. 6, pg. 73 a 76
Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Cap. 8. Pg. 189 a 238

Funcionamiento de la televisión educativa. Proceso de producción

La función del productor es disponer los medios necesarios para la realización del programa y conseguir un producto televisivo. Es necesario elegir unos escenarios, unos actores, la acción que los personajes pueden desempeñar.
En la fase de grabación se compilan las imágenes dispuestas siempre por el texto elaborado por el guionista. Posteriormente se debe ordenar todo el material realizado en el proceso de edición. Esto supone determinar el ritmo de las secuencias, elegir los planos y enlazarlos entre ellos y añadir efectos cuando sea necesario. Finalmente queda el montaje musical.
Una vez terminado el proceso tenemos un producto preparado para ser emitido, copiado y distribuido. Su particularidad, comparado con cualquier otro producto televisivo está en el origen, en el plan formativo, educacional o instructivo que dirige la idea y el guión del programa. Y es en ese momento, tal y como clarifica Pérez Tornero J.M. (1993) que “el producto llega al contexto de su uso, cuando se incorpora en una práctica concreta de aprendizaje”.
La fase de evaluación del programa televisivo-educativo destaca particularidades respeto al resto de series audiovisuales. Estas últimas se evalúan en función de la audiencia, mientras que en un programa educativo la finalidad es poner en relieve su capacidad de influir positivamente en el receptor.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
 Pérez Tornero, J.M. (La televisión educativa. Madrid, UNED). Cap. 6, pg. 73 a 76
Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Cap. 8. Pg. 189 a 238

Guión educativo en TV: El guión

El guión educativo y cualquier otro tipo de guión para un programa televisivo son muy parecidos. Las discrepancias se fundamentan en las diferencias de género. Un guión, en términos generales, es un instrumento que, usado como modelo, conduce a una práctica. Un guión ha de ser claro y comprensible, respetando el lenguaje adecuado a cada tarea de todos los componentes del equipo de producción y realización; debe abarcar todos los elementos que intervienen en la producción, desde las imágines a registrar, los movimientos de cámara, las voces, ruidos y músicas, tiempos...; y debe contener la información básica que hay que transmitir al telespectador.
En televisión educativa, los realizadores sienten el impulso de añadir creatividad a la ya expresada y fijada en el guión. Tienden a pensar que el guión que se les propone es literario, y son ellos los que tienen que añadir la columna de los elementos visuales.
En cualquier cado, el guionista debe facilitar la estructura del programa. Esta estructura, según A.W. Bates (1983) es “el ajuste o la organización de las partes dentro de un todo”. El elemento estructural básico en cualquier producción audiovisual es el tiempo. Pero además la estructura de un guión está formada por un plano básico, que es el que estructura el conjunto del programa, el que otorga coherencia y unifica todos los elementos del programa, y otros planos subsidiarios.
Los elementos estructurales esenciales que aparecerán en el guión son: el argumento, el relato en sí, el tema, el elemento formal que permanece constante, la intencionalidad y una estructura enunciativa definida. De esta manera a cada guión le corresponde definir una estructura singular de sus relatos. Después de estos elementos estructurales del guión encontramos los más superficiales: escenarios, personajes, ambientes, estética, estilo, perspectivas...
La especificidad del guión educativo frente a otro que no lo es, es que en el primero hay una diferencia de fondo: debe existir un plan pedagógico o un plan didáctico o formativo.
El telespectador, independientemente de su condición y naturaleza, rechaza el discurso vertical. El telespectador es reacio a admitir que quien esté al otro lado de la televisión le trate como a un alumno, como a un estudiante. Por eso el libro de estilo de una televisión educativa nunca debería aceptar frases como “hoy vamos a aprender”, “debemos corregir...”. Pérez Tornero (1994) enfatiza en el hecho que la “libertad reconocida al espectador es esencial en la televisión educativo-cultural que se precia de tal, y que quiere ser competitiva o complementaria con el resto de televisión”. Consecuentemente, hay que sustituir todas esas entradillas verticales por un discurso en tercera persona, más descriptivo y que oriente los planes básicos por la vía de la demostración además de buscar la complicidad del telespectador.
Algunos autores proponen la siguiente estructura modélica de un guión para un programa de televisión educativa.
GUIÓN PARA UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN EDUCATIVA*
Primera parte
Propuesta de un objeto de conocimiento: en esta parte hemos de ganar la atención del espectador. Hacerle atractivo lo que ha de suceder. Esto sirve para crear expectativa, estimular un deseo, fomentar una ansiedad, provocar un choque fuerte en su percepción, excitar, exagerar un elemento, producir una sorpresa, un contraste...
Los primeros compases de un programa educativo tienen que ir directos a la sensibilidad de espectador, apelar a su intimidad y sus necesidades, a su inquietud más vivida. Si no lo logramos, perdemos al espectador.
Segunda parte
Ofrecimiento de una orientación, una guía: conviene esbozar un plan que permita la orientación activa del espectador. Es necesario después del estímulo que hemos provocado en la primera parte. Hay muchas maneras de lograr esta función, con una escena reconocible o una situación, o un ambiente familiar.... permite acabar con la ambigüedad inicial, desvelar el misterio precedente.
Tercera parte
Parte expositiva: es el grueso del contenido, la parte central del programa, lo que ha de transmitir el contenido esencial. Informamos, contamos sin olvidar que corremos el riesgo de perder al espectador. Para mantener su atención y el hilo del programa repetimos las estructuras previamente usadas: intriga/orientación, tensión/satisfacción...
Cuarta parte
Recapitulación: para reforzar el aprendizaje y la transmisión del saber. Cuanto más variadas sean las formas en que contamos algo, más seguridad tenemos de que el mensaje en cuestión quedará fijado en la memoria del receptor. Usamos glosas, resúmenes, interrogaciones de control, confirmaciones, redundancias simples, cambios de perspectiva...
Quinta parte
Situar en el contexto: es obligatorio construir estructuras estables en la mente del receptor. Las informaciones que se proporcionan deben poder organizarse en conjuntos más amplios, ya que una estructura amplia y global facilita el reconocimiento y el entendimiento, pero además ayuda a identificar unos contenidos determinados y a manipularlos a voluntad.
* Pérez Tornero, J.M. La televisión educativa. (Madrid, UNED). Cap. 5, pg. 68


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Pérez Tornero, J.M. La televisión educativa. (Madrid, UNED). Cap. 5, pg. 52 a 71
Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Cap. 8. Pg, 189 a 230

Guión educativo en TV: La guía de contenidos

En la televisión educativa la idea original o el contenido del programa que vamos a realizar se tiene que expresar de forma muy clara en un documento previo al guión, denominado guía de contenidos.
Este documento, específico de la producción educativa, garantiza la orientación formativa de la producción y recoge los aspectos que los expertos y educadores consideran conveniente que aparezcan en la serie. Nace del proyecto de la serie y su función es determinar con precisión, coherencia y rigor su tema y subtemas. Debe ser muy detallado y  exhaustivo, con previsión precisa de los asuntos a tratar, de los conceptos y de su tratamiento. A la vez no debe ser excesivamente rígido, para evitar anular la libertad del guionista. Es importante hacer hincapié en que debe ser redactado teniendo en cuenta los aspectos pedagógicos y didácticos de la serie ya que de este documento nacerá el guión definitivo.
En esencia la guía de contenidos debe presentar las ideas centrales del audiovisual y la información que se quiere transmitir de forma detallada, ordenada y estructurada. Además hay que añadir un conjunto de informaciones operativas sobre algunos factores que determinan la naturaleza de la producción tales como datos del receptor, uso a que se destina la producción y los materiales complementarios a la producción.
Ficha orientativa sobre las formas de organizar una guía de contenidos:

Guía de contenidos*

Tema general: Asuntos que tiene que tratar el guión con subtemas precisos
Informaciones básicas a transmitir: Conceptos, ideas, saberes e informaciones
Orden de las informaciones y gradación: Cómo se deben relacionar las distintas informaciones tanto cronológicamente como estructuralmente
Estrategias educativas recomendadas: Tipo de relación que se establece entre la producción (emisor) y el destinatario. Argumentos o razonamientos para proponer las ideas. Estilo de narración y de enunciación. Objetivo final a alcanzar
Lenguaje: Léxico a emplear. Registro lingüístico aplicable y formas sintácticas o narrativas adecuadas
Recomendaciones formales: Incluye aquellas recomendaciones estéticas que convengan a la producción: tono visual, ritmo de realización, etc.
Público: Tipo de grupo al que va destinado el audiovisual. En general se reconocen diferentes tipos de públicos pero es conveniente especificar siempre los siguientes datos:
·         Actitud
·         Edad
·         Nivel sociocultural
·         Posible uso de audiovisual
Actitudes a fomentar: Finalidades que el audiovisual persigue en relación con los estados emotivos pasionales y racionales del espectador
* Pérez Tornero, J.M. La televisión educativa. (Madrid, UNED). Cap. 5, pg. 56


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Pérez Tornero, J.M. La televisión educativa. (Madrid, UNED). Cap. 5, pg. 52 a 71
Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Cap. 8. Pg., 189 a 230

Funcionamiento de la televisión educativa. Proceso de creación y producción

Todas las productoras y cadenas de televisión siguen las mismas fases en la creación y producción televisiva general, con mínimas variaciones. Es la televisión educativa la que añade diferencias sustanciales a estas fases modélicas.
A modo de esquema, las fases en el proceso de creación y producción son las siguientes:

FASES DE CREACIÓN Y PRODUCCIÓN DE LA TELEVISIÓN EDUCATIVA*
1.
PREPARACIÓN DEL CONTENIDO
1.1. Elaboración del proyecto
·         Tema
·         Objetivos
·         Destinatario
·         Organización en capítulos
·         Formato
·         Estilo
·         Esquema de producción
·         Presupuesto
1.2. Preparación de la documentación
·         Textual
·         Visual
·         Otras fuentes
1.3. Elaboración de la guía de contenidos
·         Fundamentación general del proyecto
·         Descripción de las informaciones y los conceptos
·         Organización y programación
·         Indicaciones sobre el lenguaje
·         Indicaciones sobre los procesos cognoscitivos y emotivos
·         Guía de actividades que se relacionan con el programa
·         Integración en un conjunto multimedia
2.
ELABORACIÓN DEL GUIÓN
2.1. Formato
·         Género
·         Situaciones básicas
2.2. Ideas estructurantes
·         Narratividad
·         Argumentación
·         Organización de los elementos formales
·         Organización de la enunciación
2.3. Estilo
·         Sintaxis
·         Tiempos
·         Ritmos
·         Estructura de las secuencias
3.
PRODUCCIÓN
·         Plan de producción
·         Localización y escenarios
·         Personajes
·         Recursos y técnicos humanos
·         Organización
4.
 PROGRAMA
·         Realización
·         Grabación
·         Edición y posproducción
·         Sonorización
·         Producción de los elementos complementarios
5.
USO Y EVALUACIÓN
·         Explotación educativa: guía didáctica
·         Evaluación
-          del programa
-          de la emisión
-          del documento audiovisual

* Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Pg. 191


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
 Pérez Tornero, J.M. (La televisión educativa. Madrid, UNED). Cap. 6, pg. 73 a 76
Pérez Tornero, J.M. El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio. (Barcelona, Paidós). Cap. 8. Pg. 189 a 238